Existen poblamientos en Cigales desde el paleolítico inferior. De esta era geológica se han encontrado diversos restos arqueológicos en el municipio (cantos rodados, núcleos en sílex, cantos trabajados, etc...).CIGALES, raíz etimológica de carácter indígena, posiblemente celta; SICARIA o SICALES.Ya en el siglo VIII, VII y VI antes de Cristo, los Vacceos se establecieron en la zona central del Valle del Duero. Pueblo sedentario y ganadero en tiempos de paz y jinetes luchadores en tiempos de guerra dejaron sus vestigios en la Soto de Medinilla.En el siglo II a. de C. los romanos conquistan la Península, sometiendo a los Vacceos. Fueron precisamente los romanos los que trajeron hasta Cigales las primeras vides, procedentes de oriente. En el siglo V d. C. penetraron los pueblos bárbaros germanos conquistando España hasta formar el reino visigodo, periodo durante el cual la zona seguía habitada, hasta el siglo VIII en el que tras la invasión de los árabes, con las Campañas de Alfonso I y las sequías de los años 753 y 754 se produjo la desertización de la comarca. La reconquista trajo, tres siglos después, gente de otras regiones, que mezclaron su sangre con la de los grupos aislados supervivientes.Pero hay que esperar hasta el siglo XII para tener noticias de la Villa de Cigales. Concretamente en el año 1110 se nombra en los primeros documentos que hacen referencia al lugar. Poco a poco, este nuevo asentamiento va creciendo y ya en los siglos XIII, XIV y XV "era grande su importancia", según se lee en las crónicas de la época. Consta documentalmente que desde el siglo XV al XVIII hubo en la parte sur de Cigales una Casa- Palacio- Fortaleza, que a lo largo de los años sufrió varias vicisitudes y albergó a famosos e ilustres personajes.Rodeada de viñedos, huertos y trigales, perteneció en el siglo XIII al Monarca Sancho IV quien la cede a Valladolid convirtiéndola en una aldea de ésta, a ruego de su mujer María de Molina, el 23 de diciembre de 1289, "por razón que en dicho lugar se facen muchos males é no eran escarmentados por justicia así como deben...". Con esta donación, Cigales, al convertirse en aldea de Valladolid, perdió sus privilegios de villa. No duró mucho esta situación ya que en 1314 Cigales pasó a manos del Infante de Castilla D. Juan y continuó siendo un señorío hasta que en 1811, las Cortes de Cádiz por decreto, suprimieron los señoríos jurisdiccionales. Por linajes tuvieron el Señorío de Cigales: Los Castro (1182-1240), Los Molina (1240-1288), Los Haro (1314-1361), Los Niño (1382-1501) y los Condes de Benavente (1513-1840).
En el año 1318 se entrevistaron en Cigales la reina Dª María De Molina y el Infante de Castilla Don Juan, que era señor de Cigales en esos años.Pocos años después, en 1325 Cigales fue escenario de la reunión celebrada entre D. Juan Manuel, hijo del Infante D. Manuel y nieto del rey Fernando III el Santo, y D. Juan de Haro el Tuerto, señor de Cigales, hijo del Infante de Castilla Don Juan. Los dos eran hombres de gran poder e influencia en Castilla, que habían ostentado el cargo de tutores del rey Alfonso XI durante su minoría de edad. Al llegar el monarca a la mayoría de edad se procede a una reorganización de la Corte.
El no haber entrado en la nueva organización despertó el enojo y el recelo de los dos caballeros, que se retiraron a Cigales donde estipulan concordia mutua para defenderse y ayudarse contra el Rey y contra todos los que quisieran ir contra ellos. El rey desbarató aquella alianza enviando un emisario a Cigales con el mensaje de que él, el rey Alfonso XI, quería casarse con la hija de D. Juan Manuel. La hermosa perspectiva de ver a su hija coronada y él elevado a suegro del Rey le puso de nuevo a favor del monarca. Así D. Juan Manuel se marchó a Peñafiel y D. Juan de Haro el Tuerto se fue a Dueñas.En este lugar solariego se reconciliaron el rey Pedro I el Cruel y sus hermanos bastardos Don Enrique y Don Tello. Cuando llegó el rey Pedro I a Valladolid en el mes de mayo del año 1353 para celebrar su boda con Dª Blanca de Borbón, se enteró que también venían a la ceremonia sus hermanos, apostados con sus tropas, no entrarían en Valladolid si no era acompañados por las tropas reales, debido al temor y recelo que sentían por el poderoso valido del Rey. El rey Don Pedro llegó a Cigales y se apostó en unas viñas, envió a dos mensajero. El Conde Don Enrique y Don Tello y hasta treinta personas más se dirigieron desarmadas hacia el Rey y besaron sus manos, el Rey bajó de su caballo y entró en la ermita que allí había. El conde Don Enrique presentó excusas de lo sucedido y se puso a la merced del Rey. Así se reconciliaron el rey Don Pedro I y sus hermanos. Juntos regresaron felices a Valladolid.Cigales también fue escenario de un suceso ocurrido entre el Rey de Castilla Juan II y los Infantes de Aragón. Acatando la decisión de la Comisión Arbitral que se había reunido en Puente Duero en agosto de 1427, el rey de Castilla Juan II se trasladó a Cigales con los de su Consejo. Hasta aquí vino el rey de Navarra Juan II (infante de Aragón) para hacer acatamiento y reverencia a su señor el rey de Castilla. Ambos reyes estuvieron hablando a solas en la cámara de los paños del palacio øfortaleza. De allí el rey de navarra regresó a Valladolid. Ese mismo día vino el Infante Don Enrique a Cigales con la intención de reunirse con el rey de Castilla y darse la paz. Tras estas entrevistas, la Comisión Arbitral volvió a reunirse y dictaron como sentencia que el Condestable D. Alvaro de Luna y sus familiares saliesen de la Corte y estuviesen fuera por año y medio. Pronunciada esta sentencia fue acordado por el mismo rey de Navarra Juan II y con él los Señores y caballeros que en Valladolid estaba, fuesen a notificarlo al rey de Castilla que se encontraba en Cigales. Ya muy tarde, a la hora en que el Rey se iba a acostar, le suplicaron que saliese a la barrera de la fortaleza a hablar con el rey de Navarra. Este le presentó todo lo acordado por la Comisión arbitral y le suplicaba que lo guardase y cumpliese. Con gran pesar por el destierro acordado para su privado Don Alvaro de Luna, el rey Castellano Juan II aceptó el acuerdo. Después de este asunto el rey de Castilla permaneció unos meses en Cigales.Otro episodio importante de la historia de Castilla que fue vivido con intensidad en Cigales fue el movimiento de los Comuneros. Simancas era un punto estratégico ocupado por los nobles, quienes impedían desde allí el paso a Valladolid, ciudad en donde dominaban los Comuneros. Éstos intentaron varias veces hacer un ataque por Simancas mas al ver que estaba fuera del alcance de sus posibilidades, decidieron atacar otros centro menos importantes, pero que constituían una amenaza para Valladolid. Teniendo a Cigales como centro de operaciones, los Comuneros iban y venían a Villanubla, Cabezón, Ampudia... obligando a ir como azadoneros y como arrieros con mulas y carretas a muchos vecinos de Cigales. Durante su estancia en la villa estaban hospedados en las casas de los vecinos, a quienes obligaban a darles de almorzar e impedían salir del pueblo. Recibida por Juan de Padilla el siete de febrero de 1521, la orden de la Comunidad de Cuadrillas de Valladolid, de derruir la Casa-Palacio-Fortaleza, procedió a su destrucción; años después se acometieron obras de restauración para hacerla habitable. El edificio quedó tan bien restaurado que todavía en el año 1633 se alababa su construcción y habitabilidad con adjetivos de "insigne2, "suntuosa" y "de gran autoridad".Posiblemente el acontecimiento más destacado y conocido que ocurrió en Cigales fue el nacimiento de una reina de España: Ana de Austria. Con suficiente antelación Dª María de Austria, reina de Bohemia, había determinado dar a luz fuera de Valladolid. En 1549 escribe desde Valladolid a su padre Carlos V: "... hemos determinado de ir a Cigales, porque además de tener buena casa, es el lugar más próximo a de esta comarca...". Así el día uno de noviembre de 1549 nación en Cigales, en el Palacio del Conde de Benavente, Ana, hija de Maximiliano II de Austria y de María, hija de Carlos V. A los dos años de edad, la infanta Ana dejó España y fue llevada por sus padres a Praga. Dª María de Austria, educó a sus hijos en el amor a España, cuya lengua hablaban y a la que consideraban su verdadera patria. En 1570 regresó Ana de Austria a España para convertirse en la cuarta esposa de su tío Felipe II y como consecuencia Reina de España. Tan sólo el cuarto hijo del matrimonio el futuro Felipe II, vivió para asegurar la sucesión de la corona.También en esta villa murió la hermana del emperador Carlos V, Dª María de Hungría en 1558.Por estirpe y por matrimonio, Catalina de la Cerda es una de las hijas más ilustres de Cigales. En esta Villa nación en el mes de marzo del año 1551, hija de D. Juan de la Cerda Silva IV Duque de Medinaceli y Dª Juana Manuel de Portugal, fue dama de la emperatriz Dª Isabel, esposa de Carlos V. SE casó con el Duque de Lerma, valido de Felipe III. Murió en 1603 en Buitrago, Madrid.En los años 1810 y 1813, en la guerra de la Independencia contra Francia, estuvieron las tropas francesas en Cigales, ocupando casas, mesones, caseríos y edificios públicos. En 1813 José Bonaparte establece su cuartel general en la Villa de Cigales, por cierto, fue aquí don de se le apodó Pepe Botella por su gran afición al vino. Todavía actualmente en la iglesia parroquial, pueden verse huellas de dicho paso, concretadas en las manchas que el humo de sus fogatas dejó en todas las columnas del templo.
La Barrica de la Oca
lunes, 28 de julio de 2008
Cigales
lunes, 23 de junio de 2008
Leyenda sobre el Castillo de Peñafiel
El imponente, aún hoy, Castillo de Peñafiel, sede actual del museo del vino y bandera de la denominación Ribera del Duero, tuvo distintos señores y dueños, pero ninguno como Don Juan Manuel, el príncipe escritor, sobrino de Alfonso X el Sabio y, como tal, nieto del gran rey Fernando III el Santo.
Intervino activamente en política, como heredero por vía paterna del Adelantado Mayor
del Reino de Murcia, teniendo necesidad de participar en distintas escaramuzas para defender su Adelantado, en una época en la que el rey Sabio se dedicaba más a las letras que a la guerra.
El eje pricipal de la obra de Don Juan Manuel la constituye el Conde Lucanor, denominado en su origen "Libro de enxemplos del Conde Lucanor et de Patronio", siendo toda ella de una gran calidad literaria, con una prosa concisa, sobria y precisa, y persiguiendo siempre un talante moralizador.
Es de su época otro gran poeta del medievo, El Arcipreste de Hita. A este respecto me contaron una vieja leyenda que no resisto la tentación de resumir. De los versos del Arcipreste:
Dirévos una pelea que una noche me vino,pensando en mi ventura, sañudo e non con vino:un omne grande, fermoso, mesurado, a mí vino;yo le pregunté quién era; dixo: ¡Amor, tu vecino!(Arcipreste de Hita)
Según mi amigo, en una visita al castillo de Peñafiel, y después de degustar un suculento lechazo al horno, regado por una botella de un ribera redondo y en su mejor momento, me relató de memoria los versos arriba reseñados.
- "Se cree que Don Juan Manuel, receloso de la fidelidad de los copistas, (la mayoría judios), entregó un manuscrito con el conjunto de sus obras al propio Arcipreste de Hita, y no a los dominicos de Peñafiel, como la historia oficial ha venido afirmando. Este manuscrito se ha perdido en el tiempo, dando crédito a su destrucción por el propio Arcipreste, celoso de la calidad literaria de su coetáneo".
Sea leyenda o no, la calidad literaria del Arcipreste y de Don Juan Manuel son evidentes, más poeta el uno y más legislador moralista el otro:
"que pues los omnes non guardan la ley natural tan conplidamente commo deven (et esto es por el entendimiento et por el albidrío, que an demás que las animalias), forçadamente et de neçesidad conviene que ayan ley en que puedan salvar las almas, et que sean fundadas sobre razón et sobre entendimiento por que salven las almas, que son cosas spirituales, que an razón et entendimiento"
El extracto arriba reseñado corresponde a la obra de Don Juan Manuel "El Libro de los Estados", verdadero compendio de tratado político con la descripción de las jerarquías religiosas y políticas, envuelto todo ello en el celofán de un gran sentido moralizador del que tomó buena nota, años más tarde, Cervantes.
viernes, 23 de mayo de 2008
Torrecilla de la Orden
Aunque sobre su primer origen no se tienen noticias exactas, su localizaci6n en la región de Extrema Duri(más allá del Duero) hacen suponerlo fruto de la repoblaci6n tardía Siglo XII realizada en esta zona.Destacan en la zona las repoblaciones reales llevadas a cabo desde 1.157 a 1.230 que intentaban aumentar la densidad demografica del sector, atrayendo a los pobladores con exenciones fiscales.La principal noticia que se posee, aparece en relación con una contienda existente entre los concejos, justicias y hombres buenos de Torrecilla de la Orden y Alaejos (que dirimieron los Reyes Cató1icos), sobre razón de sus respectivos términos (Salamanca 20 de agosto de 1.487).En septiembre de 1.504 otorgaron, los mismos monarcas, otra carta para que los receptores y ejecutores de las rentas de la alcabalas dejasen a dicho concejo gozar de los treinta días que tenían de plazo para pagar después de cada tercio, sin prender a los vecinos y sus ganados.Doña Juana la Loca dictó una cédula en enero de 1.510 para la reglamentación de oficios concejiles entre hidalgos y pecheros. Confirmáronse los montes de este lugar en febrero de 1.517 y dos años después consiguió cédula para que los vecinos de Fresnos de los Ajos no se entrometieran en un monte que de inmemorial tiempo pertenecía a la primera.El 3 de junio de 1.530, Carlos I confirmó ciertas ordenanzas sobre la guardia y conservación de sus campos y al finalizar dicho siglo pertenecía a la tierra y provincia de Toro, con 282 vecinos pecheros, y los eclesiásticos a la encomienda de la Orden de San Juan, en el obispado de Salamanca, con 25 feligreses.A mediados del siglo XIX se sabe que, además de su economía eminentemente agrícola, existían en la villa una fábrica de paños y dos de tejas y ladrillos, así como 8 telares de lienzos ordinarios de lino y cáñamo y 2 molinos harineros.En el S. XX, el término experimenta un constante decrecimiento de población y el levísimo desarrollo económico experimentado por la villa ha decaído a medida que la población joven ha ido abandonando ésta.En la actualidad el poblamiento, determinado por su origen y posterior desarrollo histórico entendiendo también este concepto en su aspecto económico, demográfico, etc, aparece definido por dos entidades de población distintas, por un lado la villa, con un tipo de poblamiento concentrado, y por otro La Guareña, caserío que se encuentra al Oeste de la Villa, en el límite con la provincia de Zamora.